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Carlos Zamarripa, hoy fiscal de Guanajuato, estuvo presente en mi tortura: Jesús Lemus

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SOMOSMASS99

Agustín Galo Samario / SomosMass99

Ciudad de México / Jueves 12 de marzo de 2021

Jesús Lemus, periodista autor del libro El Licenciado, afirmó que su detención con falsas acusaciones en mayo de 2008 fue ordenada por el entonces coordinador de la Policía Ministerial y hoy fiscal general de Justicia del Estado de Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre, quien incluso estuvo presente durante las torturas a las que fue sometido.

Debido a sus investigaciones periodísticas, Jesús Lemus fue encarcelado en mayo de 2008 bajo acusaciones falsas de delincuencia organizada y fomento al narcotráfico. Permaneció tres años en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, de donde finalmente salió por falta de pruebas. En las entrevistas que se le han realizado, el periodista ha denunciado que su “secuestro” fue una venganza de Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente de la República, por publicar información sobre las relaciones de María Luisa Calderón Hinojosa con los cárteles de la droga en Michoacán.

En entrevista para el programa Conversaciones que transmite SomosMass99 por internet, el autor del libro El Licenciado relata que el 7 de mayo de 2008, en Santa Ana Pacueco -en los límites con La Piedad, Michoacán-, un grupo de policías ministeriales de Guanajuato lo secuestró por órdenes del entonces coordinador de la Policía Ministerial de Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre.

Jesús Lemus. | Foto: Maseual.

“Me manda (Zamarripa Aguirre) a una fuente informativa de mucho tiempo, Ángel Ruiz Carrillo, que era el que estaba de comandante en la zona de Cuerámaro, Guanajuato. Él fue el que me secuestró y me entregó para que me ejecutara un grupo de Los Zetas, por órdenes de Carlos Zamarripa, su jefe (…) Eso fue por él, el que me levantaran y el que me hicieran aparecer como si yo fuera miembro de La Familia Michoacana en La Piedad”.

Después, Ruiz Carrillo y su grupo de policías ministeriales lo subieron a una camioneta, esposado y con una capucha negra en la cabeza, para llevarlo “a una casa de seguridad de Los Zetas que está entre la autopista Irapuato-León, entrando hacia Guanajuato (capital). Y ahí estuve detenido, secuestrado, por espacio de unas 12 o 14 horas. Te digo, cuando el comandante Ruiz Carrillo me dijo ‘te quieren en Guanajuato’ y ya no me dejó hablar ni nada, me entrega con unas gentes y, me acuerdo perfectamente bien, le dice a quien me recibe en una casa que olía a muerte, a sangre, a orines, ‘aquí te lo dejo, chíngatelo rápido y lo tiras al río. En esos términos”.

Lo que salvó a Jesús Lemus fue que la organización internacional Reporteros Sin Fronteras denunció su desaparición y lanzó una alerta en la que señalaba que elementos ministeriales de Guanajuato lo habían secuestrado.

“Por eso Ángel Ruiz va por mí a la casa de seguridad y él mismo les dice, ‘dámelo porque lo quieren en Guanajuato’. Me llevan supongo que a la Procuraduría, porque ahí ya había elementos de la Policía Ministerial y ahí estuve en tortura todavía dos días. Querían que yo mismo firmara un acta donde me reconocía primero como miembro del Cártel del Golfo de Osiel Cárdenas Guillén, y luego me daban otra hoja donde me reconocía como miembro del cártel de La Familia (Michoacana). Curiosamente no me daban nada para que dijera que yo era miembro de Los Zetas, que era el cártel más importante de esa zona en ese tiempo”.

– ¿En qué consistía la tortura?

Consistió en… me sujetaban en una silla y me ponían una bolsa de plástico (en la cabeza). En la tortura estuvo Carlos Zamarripa, yo no lo conocía. Lo conocí por fotografías hasta después que salí de la cárcel y lo pude señalar por los actos de tortura, junto con Ángel Ruiz Carrillo y otros elementos de la policía. Consistían, por supuesto, en que después de que casi me desvanecía luego venían golpes con la culata del rifle en las costillas, me quebraron dos en esa noche. Después de eso cesaba la tortura, (y luego) venían golpes en la cara, cachetadas. Hubo también toques eléctricos en los testículos, en las plantas de los pies, en las rodillas. Hubo también ahogamiento en, recuerdo, era como una tina con agua donde me sumergían la cabeza. Yo estaba vendado, pero podía ver por debajo a algunos de ellos, y me sometían al agua, me sacaban y luego venían toques. Y por supuesto golpes con la culata en la nuca, en la espalda y en las costillas (…) Hubo también una simulación de disparo en la cabeza, pienso yo una pistola porque sentí un cañón frío en la parte de atrás. En eso consistió básicamente la tortura, y no fue de dos horas, tres horas. Me llevaban a descansar, sentía que ya había terminado y otra vez. Las torturas terminaron después de 72 horas.

Jesús Lemus recuerda que como resultado de sus investigaciones periodísticas, en mayo de 2008 también había publicado información sobre los nexos entre el gobierno de Guanajuato y el cártel de Los Zetas. Se trataba de un trabajo sobre las rutas del narcotráfico, la misma investigación que le había llevado a descubrir que Luisa María Calderón, hermana del presidente que inició la guerra contra las drogas, Felipe Calderón, estaba relacionada con el cártel de La Familia Michoacana. Pero cuando fue acusado de narcotráfico, periodistas de los medios de comunicación en Guanajuato lo que hicieron fue publicar el boletín de la Procuraduría General de Justicia de Guanajuato que “decía que habían detenido a un pseudoperiodista (…) Hicieron leña del árbol caído, ninguno se tomó la chingada molestia de investigar. Todos me acusaron”.

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