SOMOSMASS99
Oscar Alzaga*
Lunes 11 de enero de 2021
La historia ha tenido y tiene diversas versiones de sus etapas más importantes, aunque sean los mismos hechos los que traten; pueden ser versiones encontradas y aún opuestas. “Según el color del cristal con que se miran”, o el interés de clase que cada postura defienda o haga prevalecer. Así, importantes momentos cuentan con muy diferentes versiones. Veamos:
I. Recordar el episodio de la Noche Triste, con ese nombre, es repetir una visión de colonizados 500 años después, cuando para los mexicanos fue lo contrario: el triunfo azteca provocado por el asesinato masivo del Templo Mayor, ordenado por Pedro de Alvarado en un alarde sinsentido y en ausencia de Hernán Cortés. La irracional crueldad española hizo levantar la furia a los mexicas y arrojar a los invasores de Tenochtitlan el 30 de junio de 1520, que huyeron por Tacuba hasta el árbol que hoy todavía lleva ese nombre. Tal interpretación sería como si los romanos y judíos festejaran la muerte de Cristo como la “Noche Alegre”.
II. El Camino Real de Tierra Adentro, también se conoce como Camino de la Plata y recibe el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (2017), por los cerca de 2600 Km de recorrido de la ciudad de México a Santa Fe, desde el siglo XVI abrió el camino de las minas de la plata a los conquistadores españoles. Lo que omiten es que también fue el “Camino Real de la Sangre Indígena”, por el sin número de muertes que provocaron los españoles para explotar las minas y a los mineros indígenas, negros y mestizos. En 1541 levantaron la ira de los caxcanes, con Tenamaxtle a la cabeza, y otros pueblos, en la guerra del Mixtón, al norte de Jalisco, que desde 1531 Nuño de Guzmán asolaba toda esa región. No eran colonizadores ni conquistadores. Exterminaban todo a su paso: habitantes y pueblos, solo les interesaba la plata y el oro. En el Mixtón se calculan cerca de 100 mil muertos, por León Portilla; y en 1546 inició la guerra chichimeca que duraría todo el siglo XVI, porque eran poblaciones indígenas que se negaron a abandonar sus tierras del paso de los exterminadores. Hay quien afirma que fue el costo del comercio con Europa. Como si se pudiera decir lo mismo de la masacre de Guernica del 27 de abril de 1937.
III. Santa Anna fue un criollo conservador que, como Iturbide, formó parte del Ejército Realista del Imperio Español, el que combatió a los auténticos independentistas: Hidalgo, Morelos, Bravo, Guerrero, etc. Los dos eran conservadores y chaqueteros, pues al notar la decadencia de España en 1808, invadida y derrotada por Francia y por los liberales en las Cortes de Cádiz en 1812, prefirieron ponerse al frente de los “independentistas”, para defender los privilegios de su clase, después de 11 años de guerra. España, en 1808 y luego en 1898, tuvo que despertar y reconocer que su decadente Imperio, estaba acabado:
Fue un tiempo de mentira, de infamia.
A España toda, la malherida España, de carnaval vestida
nos la pusieron, pobre y escuálida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.
– Antonio Machado, Una España joven. 1914.
Cierto, a la Nueva España la independizan los oportunistas, pero por debajo y arriba de ellos iba un pueblo que luchaba por su libertad. No fue fácil que luego de 300 años de colonia económica e ideología atrasada la mayoría mestiza e indígena adquiriera conciencia social ante la nueva realidad e intentaran, a la vez, un cambio liberal profundo.
IV. En una segunda larga y sangrienta lucha los liberales incorporan la fuerza popular con el Plan de Ayutla de 1854 y luego, encabezados por Juárez, derrotan a los conservadores con la Constitución de 1857 y la guerra de tres años de 1858-1861. Sería decisiva la esencia popular, unitaria y honesta de los liberales. Los derrotados conservadores acuden a traicionar y a entregar la nación a extranjeros para conservar los privilegios de la oligarquía, iglesia y ejército formados en la colonia. Así, Francia imperialista invade México e instala un ridículo emperador, pero la resistencia del pueblo unificado (lo que faltó en la invasión yanqui de 1846-1848) bajo la guía de Juárez logra el triunfo de México (en el Cerro de las Campanas en 1867 sobre el imperio francés y los conservadores) y logra la separación de la iglesia del Estado.
V. La Decena trágica de febrero de 1913 en realidad fue un Golpe de Estado del gobierno yanqui de Taft contra el pueblo y contra el gobierno de Madero. No fue sólo la traición de Victoriano Huerta a Madero, como se repite oficialmente, ya que el “Plan de la Embajada” no fue un acto autónomo sino un mando del gobierno yanqui ejecutado por el vil traidor Huerta. Tal versión la ratifica la nota que Huerta envía a Taft el 19 de febrero de 1913, cuando apresa a Madero y Pino Suárez, fue al primero que informó, al presidente de EUA.
VI. La Batalla de Zacatecas, 23 de junio de 1914, no fue un episodio más de la Revolución, como oficialmente se dice, fue la batalla decisiva que acabó con el ejército y, por tanto, con la dictadura de Diaz-Huerta-Taft que, a la vez, abrió el camino para llegar a la Constitución de 1917 y al cardenismo de 1934-1940. El asesinato de Madero provocó el levantamiento de todo México. Así, la División del Norte que dirigía Pancho Villa culminó en Zacatecas una serie de triunfos sobre el ejército porfirista, que el iluso Madero dejó intacto. La dictadura tenía como base principal de su poder al ejército y la práctica de prohibir todo tipo de libertades al pueblo, como han sido todas las dictaduras.
De la épica Batalla quedan varios testimonios y sobresale la hermosa página de Felipe Ángeles que narra la fulminante guerra de 10 horas del ejército del pueblo formado por jornaleros, obreros, mujeres, mineros, ferroviarios, campesinos y maestros.
La historia y la verdad siguen siendo un campo de la lucha ideológica, cultural y política vitales, cuyo fondo son los intereses de las clases sociales en pugna, en cada etapa del devenir histórico. El estupendo escritor Monterroso, pone un ejemplo:
Entre las muchas cosas que Hispanoamérica no ha inventado se encuentran los dictadores; ni siquiera los pintorescos y mucho menos los sanguinarios. Los dictadores son tan antiguos como la historia, pero nosotros, de pronto, asumimos alegremente esa responsabilidad y en Europa, que con dificultades han vivido sin uno desde que los romanos les dieron el nombre, hace algunos años empezaron a pensar qué divertido, cómo Hispanoamérica puede dar esos tipos tan extraños, olvidando que ellos acababan de tener a Salazar, a Hitler y a Musolini, y que todavía contaban con Franco.
– Augusto Monterroso, 1973
* Abogado, miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas.
Imagen de portada: Batalla de Zacatecas. | Autor: Ángel Boliver / Museo Nacional de Historia.
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