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LA COLUMNA ROTA
Frida Guerrera*
Martes 12 de enero de 2021
A pesar de verme perdida y no ver el horizonte, a pesar de estar cubierta de una niebla de oscuridad, me levanto moribunda y veo que hay motivos por lo que debo de seguir luchando.
– Rosalinda, madre de Fanny, asesinada en diciembre de 2017.
Rosalinda Esthefanie Morales García “fue una hija amorosa, una mujer trabajadora y madre de un pequeño de seis meses (en aquel entonces), por quien se esforzaba para darle lo mejor.
El 14 de diciembre de 2017 se presentó en su trabajo, el Organismo de Agua y Saneamiento de Toluca. Poco después del medio día solicitó permiso para salir debido a un problema familiar. Sus compañeras la escucharon discutir vía telefónica con el padre de su hijo. Lo último que supo una de sus amigas fue que al abordar un taxi en Metepec no le permitían bajar del auto. Fue localizada sin vida el 17 de ese mismo mes en el kilómetro 9.5 del libramiento a Acambay.
El asesino de Rosalinda Esthefanie es Fernando García Delgado, sentenciado a 55 años de prisión el 5 de agosto de 2020, en el Oro, Estado de México.
Aquí la carta de Navidad, dirigida a Fanny, escrita por Rosalinda su mamá:
El silencio es morir por dentro y el llorar en silencio no mitiga el dolor que siento al haberte perdido.
Mi niña hermosa, mi Fanny, mi Beba, hoy se acerca otra navidad y año nuevo que festejar pero tú no estarás. Nuevamente tu silla vacía se ve, nadie ha podido llenarla, nadie de la gente que me rodea sabe el dolor tan grande que tengo, nadie sabe qué hace tres diciembres me quitaron a la persona más importante de mi vida y lo que más me duele es que sólo te di un beso de despedida esa mañana, un te amo y una bendición… Mis brazos se quedaron con tantos abrazos que debía de darte, mis labios con los besos que faltaron por darte en tus mejillas rosadas y hermosas, y mi boca con tantas platicas, palabras y te amos que decirte. Me dejaste un corazón vacío, roto, sin emociones y sentimientos, pero también me dejaste un pedacito de ti que cada mañana lo veo al despertar: tiene una sonrisa y su mirada que te llena un poco ese corazón vacío y te hace olvidar un poco este dolor; se parece a ti.
Al final del día estoy derrumbada y desecha, pero al ver a tu bebé todos los días hago un gran esfuerzo por levantarme porque me motiva, es un gran guerrero y me está enseñando a sonreír… Le digo todos los te amo que tú le debías dar y esos abrazos cálidos y apapachadores que sólo su mami sabia darle… Te pido perdón por no haberte defendido y por tratar de ser una mami, ya que estoy rota y a veces no sé cómo ser una mami completa como tú.
Me enseñaste qué era la vida y cómo vivirla, pero no me enseñaste cómo vivirla sin ti. Dios te dio alas al verte tirada y sola, con mucho frio en el lugar donde te dejó. Tu sufrimiento dejó de existir, sé que luchaste con todas tus fuerzas, pero al final él ganó. Eres una gran guerrera, eres como los árboles, moriste de pie, diste la pelea pero te venció. Te prometimos que alcanzaríamos hacerte justicia y se logró, pero eso no me garantiza que vas a regresar a mis brazos y que mis ojos te van a volver a ver. Pero te prometo sacar fuerzas y aprender de ti para librar todas las batallas que se me presenten.
Te extraño. Qué rabia que corras por mis venas y no poder abrazarte nuevamente. Hoy duele más que ayer. Seco mis lágrimas día a día al ver la sonrisa de tu bebé; no sé qué viene, qué sigue. El tiempo se detuvo o avanza rápidamente. No lo sé, solo sé que nos haces mucha falta. Tu papá se me está quebrando y necesito sacar muchas fuerzas. Dime cómo sacar esa fuerza que tu tenías, ese coraje para salir adelante y esa calidez, alegría y bondad que tenías para vivir la vida. Te faltó enseñarme, pero lo estoy aprendiendo. Sabes, todas las noches espero tu regreso, ese momento de escuchar tu voz… Te amo, mi niña hermosa, mi Fanny.
A pesar de verme perdida y no ver el horizonte, a pesar de estar cubierta de una niebla de oscuridad, me levanto moribunda y veo que hay motivos por los que debo de seguir luchando como tú lo hacías todos los días. Me enseñaste a no desfallecer, pero se me ha olvidado cómo hacerlo. Otro año más sin ti, mi Guerrera. Te extraño, te amo, sé que algún día voy a estar contigo y ese será el día más feliz de mi vida. Pero aún no es el momento, tengo una gran misión aquí con tu bebé. Sigue cuidándonos, por favor no me dejes. Te mando un beso hasta el cielo, desde donde me miras todos los días.
Tu mami Rosy.
Diciembre de 2020.
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* Comunicadora libre, bloguera mexicana.
Facebook: FridaGuerrera Guerrera
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Las fotos de portada e interiores se publican con autorización de la familia.
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